martes, 24 de noviembre de 2020

El rojo más oscuro de los negros

Justo enfrente de aquello a lo que llaman vida. La primera de todas las guerras, una victoria desenfrenada que está destinada a terminar en los hitos más oscuros del abismo. ¿A dónde camina nuestra historia si no es a la nada de los pasos dados? ¿Es que acaso podemos decir que ha habido algo así como un pasado, dentro de todo aquello que logramos concebir, si es que el concebir, como lo entendemos, pasa en algún momento a formar parte de la victoria? Nosotros no sabemos nada sobre nosotros. ¡Qué vamos a saber sobre las guerras que lidiamos! ¿Qué podemos saber de aquellos contra quienes nos enfrentamos? ¡Si todos son reflejos de nosotros mismos! 

Sí, has leído bien, son reflejos de nosotros mismos. Coge una piedra, haz la prueba. Tírala al abismo de lo más profundo de tu interior; a esa piedra imaginaria volverás, si la concibes como imaginaria. ¿Pero es que acaso es imposible coger una piedra y lanzarla al abismo de los espacios infinitos? Nadie entiende nada salvo el corazón del ser humano, cuando se habla de abismos.

¿Quién eres tú, que estás, y al mismo tiempo dices ser, mas nada somos, ante aquello que logramos concebir? 

¿Quién soy yo, salvo un tú desfigurado, marchito, parco en palabras, tan antiguo como astuto? 

Oh, ¿es que acaso eso soy yo?

He aquí la conversación que nosotros tuvimos:

- Hacía mucho tiempo que no contemplaba las estrellas.

- Es verdad, hacía mucho tiempo que no hablábamos.

- Es curioso, ¿no crees? Siempre nos encontramos en el mismo punto. Allí donde el ser humano no puede llegar con la vista, justo allí, a esas minúsculas obras del destino que llamamos estrellas, porque se estrellan, o porque están estrelladas, ¡qué sé yo!

- Es un misterio, querido. Hasta donde yo logro alcanzar conocer, ni tú ni yo estamos ahora mismo siendo. Al mismo tiempo que nos concebimos como diferentes, no tenemos otra forma que un mismo cuerpo.

- Es cierto, querido. Y así fue desde nuestro primer encuentro, tal vez así será hasta en nuestra última conversación.

- Ah, ¿es que, querido, hubo un primer encuentro? Ilústrame con ese recuerdo para que pueda someterlo a cerradura de plomo, ¡todavía tengo naturaleza humana!

- ¡Cuánta razón tienes! ¡No sé si fue nuestro primer encuentro! Además, creo recordar que esta conversación ya la tuvimos y ahora me vas a decir...

- Lo que tengo que decirte.

- Adelante, querido.

- Bienvenido.

Y así es cómo el cielo se transformó en el rojo más oscuro de los negros. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bon voyage

Was machen Sie hier? Bon voyage ! Wollten Sie nicht das Leben im höchsten Sinne erleben und erfahren, was die unverständlichen Worte aus den...