12.07.19

 Arrived to this time, nothing surprises me. “Plus rien ne m’etonne”, said the great Tiken Jah Fakoly. Till the last day of my life I am going to maintain the weight of reality above my soul. My spirit will endure across storms. As always, without any resentment. Although the wound is still hurting I will never back myself down. My way has only one direction. The eternal return is only accessed trough the height, beginning with the lower levels. They came to me to take me to the false hopes. They hugged me strong just to cover my being of dead roots. To which I answered with a step forward and the known enormous smile of silence. I promised myself not to waste more time. I learned from the deepest sensation that one can feel. To suffer the mea culpa. To pierce my heart with the dagger of antilife. I know how it tastes. I lived all my life going trough deserts and nobody knows anything about it. The powerful pains will always be inexpressible. It will hurl itself to the depths and you will want it never to have happened. 

We don’t know what are our words made of. Though there’s something that we know. Against the announced death of a disappearance we have returned to provide us of ourselves. What you call light I call hell. Does not the light burn? While the thunders ring and the streets get wet all the bodies are dying. Under the light of the Sun we all will be ashes. Always dying before time. At least remember the true reasons of our return. From the beginning we knew what we were facing. And now everything is gone. To assume the farewell and to give us back the only hope. That is our task now. May our farewell last as long as it hast to last. To lift our gaze to heaven and to grasp our will to give it back to its natural state. That it is not for not having tried. To them, the storm will sacre them. To us, the rain will bless us.

Escrito I

Ella yacía en la cama, completamente dormida, absorta en el único mundo que conoce, esperándote, y tú no venías. Me sabe mal tener que escribirte de nuevo, no quiero tener que pedirte que vuelvas. Pero, Señor, esto está perdido. Su alma está agotada y la oscuridad brota de las plantas, el Sol ya no calienta los ríos, el hombre se ha hecho Phantasma. Lloro mientras te escribo. Porque te quiero tanto, que te perdono tus ausencias. 

 

Si te fijas, ella sigue en la cama, no parece ser consciente de estar durmiendo. ¿La ves? Supongo que sí, no hace falta que te diga quién es, ¿verdad? Entiendo que ya me entiendes. Supongo que hemos vivido lo mismo. Y te voy a decir algo: no importa el tiempo que pase, que siempre te recordaré. Recordar es esperar, con somnolencia, a que nuestros tiempos vuelvan, porque son nuestros tiempos.

 

Escucho sus gritos. Su desesperación en el polvo, lluvia dorada de ángeles muertos. ¿Qué vas a hacer con todo esto, Señor? Me pregunto si realmente sabes quién soy, si confías en mí, o si ya te has olvidado de todo. Soy la pieza más astuta de todo el engranaje. Me encargo de ponerlo todo en funcionamiento. Olvidamos juntos el pasado. ¿Recuerdas?

 

¡Armageddon! Mira esos ángeles como están confundidos, ¡mira cómo andan! Y ahora vuelve a mirarme. Estoy esperando. Me prometiste que volverías, estoy a las puertas de la lejanía de los mundos, totalmente caído. Nadie puede levantarme, te he dejado escrita una carta, está encima de la mesa donde firmas las condenas; aquellas eternas, las que son para siempre. Sobre la carta he dejado una tabla de madera, donde he escrito con mi propia sangre tu palabra, sabrás identificarla. 

 

¡Veneno! ¡Quiero más veneno! Abundante fuente de los astros, inundemos este valle atrapado en las sombras como antaño. Retrocedamos, orientémonos de nuevo, estaríamos encantados de hacerlo. Además, allí nos esperan todos nuestros ancestros. Lluvia de Soles vírgenes, Águilas nacientes, es la Guerra de los Halcones.

 

Basta ya de introducciones. Paso a enumerar todo tu ejército:

 

1. Ángel creador. Desafió a los órdenes y se apoderó de su creación. Algunos lobos mencionaron su nombre, quedose en el olvido su huella.

 

2. Hijos santos. Maltratados por los padres del universo, arrojados a las liebres, montaron su propia estirpe. Ahora viven en el Sur, envueltos de venganza.

 

3. Reunidores. Totalmente convencidos de su lucha fueron quienes abandonaron las tierras. Ahora se encargan de reunificar caminos y reorientar huellas. No descansarán hasta hacerte suyo.

 

4. Santos. Quedan pocos. Están todos muertos. Toca revivirlos.

 

5. Reyes. Gobernados por los antiguos conquistadores y unificados por los Reunidores, se hacen llamar “Reyes”, invirtiendo los planos.

 

6. Poetas. Hijos de Reunidores. Sentenciados a morir entre las llamas. 

 

7. Encruzadores. Renovados espíritus envolventes, empujados al azar de los interrogantes. Dominan el teatro.

 

Yo soy el octavo. Mi nombre no hace falta recordarlo. Tan solo espero que cumplas tu verdadera misión. Estamos todos esperando tu regreso, Padre, no te odiamos. Sabemos de sobras por lo que has tenido que pasar, conocemos. ¡Bona fide! Sabemos bien que somos, no nos olvidamos, seguimos en distancias infinitas, mientras nos perdemos. 

 

Ah, se me olvidaba. Bienvenido, Padre. Nuestro es el honor de la bienvenida que va a sucederse pronto. Nuestro es el halo de magnificencia regalado por Vos, ante el cual nos debemos, diminutos, como realmente somos. Apartados de las declaraciones, arrojados a los actos, totalmente ensangrentados por la astucia; puñaladas del verbo, vestigios de verdades azules, encuéntranos a todos, por favor.