Nunca había tenido el placer de poder vivir un día como el de hoy, un día que no voy a olvidar nunca. Gracias a ti he vuelto a enfocar mi camino y he podido reencontrarme conmigo mismo, estoy muy satisfecho de haberte encontrado en mi vida.
La luz es un regalo que todos tenemos y hemos de saber apreciarla con todos sus detalles, no quiero volver a esconderme en la oscuridad porque allí no encontraré jamás el molde de mis sueños para hacerlos realidad.
No pienso dejar que las huellas guíen mi camino, voy a pedirle a Dios que llueva para volver a hacer nuevas y así poder forjar uno nuevo. No sé qué camino es el que escojo ni sé donde me deparará la ambición del alma, pero sí que sé cómo quiero viajar y sé que tú también lo sabes. Sólo tenemos que tomar una decisión, un paso, y ya no habrá nada que nos separe, te lo prometo.
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